La búsqueda de Paula Heimann de su propia identidad como psicoanalista:
Un recuerdo introductorio.
PEARL KING (Presidente de la Sociedad Psicoanalítica Británica
1982-1984)
Recibí la publicación de esta documentación de Paula Heimann los cuales estaban
junto con los de Margaret Tonnemann. Su introducción al enfoque de los escritos
se centra en lo teórico y clínico de Paula Heimann de su trabajo como psicoanalista
y dan al lector un comentario útil en el desarrollo de sus muchas contribuciones
al psicoanálisis.
En esta memoria introductoria fui preguntado para perfilar sus antecedentes y los
eventos que mas influenciaron sus escritos y sus contribuciones al psicoanálisis.
Tuve que dibujar no solo mi conocimiento personal de Paula Heimann como una afectuosa,
prometedora y creativa colega, sino también en la información que ella me dió cuando
la entrevisté en 1974 en el curso de mi investigación dentro de la historia de la
Sociedad Británica de Psicoanálisis.
Paula Heimann nació en 1899 en Dazing y murió en 1982 en Londres. Sus padres eran
rusos y tuvieron 4 hijos. El tercero, una niña, murió y entonces vino Paula. Siempre
pensó que fue concebida como sustitución de esta niña y que su madre estaba muy
deprimida cuando ella nació.
Sentía que tuvo que consolar y cuidar a su madre durante la mayor parte de su infancia.
Su madre, sin embargo, era muy agradecida y reconocida con su hija por ser su apoyo.
Esta situación familiar es importante en el contexto de sus posteriores experiencias
analíticas y extra-analíticas.
Paula Heimann hizo su formación médica y psiquiátrica en varias universidades de
Alemania, en las cuales practicó alemán al mismo tiempo. Durante su formación médica
se casó con su marido, que fue un especialista en medicina interna, y en 1925 nació
su única hija, Mirza. Finalmente se instalaron en Berlín. Allí ella se empezó a
interesar en el tratamiento de pacientes psiquiátricos, y entonces un colega le
preguntó por qué no pensaba en formarse como psicoanalista. Ella se aplicó a hacerlo
en 1928 y fue entrevistada y aceptada por Max Eitingon, Presidente de la Sociedad
de Berlín. Fue enviada a Theodor Reik para análisis, el cual se había trasladado
recientemente de Viena. Sus profesores incluyen a Fenichel, Hanns Sachs, Franz Alexander,
Karen Horney, y Rado. Fue crítica con los enfoques de varios de los analistas de
Berlin, sentía que ponían poco énfasis en el papel de las agresividad y en el instinto
de muerte. En 1932 fue titulada como Miembro Asociado de la Sociedad Psico-Analítica
de Berlin. Cuando Hitler llegó al poder en Alemania en 1933, Ernest Jones escribió
a Eitingon en Berlin ofreciéndose para ayudar a cualquier psicoanalista judío que
se sintiera amenazado, y los invitó a que fueran a Londres. Paula fue recomendada
con entusiasmo por Eitingon, que tenia debilidad por ella, ya que en ambos sus orígenes
familiares eran Rusos. Por entonces el marido de Paula tenía un trabajo en Suiza
y lo dejo rápidamente, su interés en dejarlo lo puso en especial peligro de los
Nazis. Mientras Paula estuvo considerando si irse o no a Londres (El Gobierno Suizo
no les daba ni a ella ni a su hija, un visado para juntarse con su marido), tuvo
lugar el fuego del Reichstag, y alguien intento implicarla, aduciendo que los motivos
de una fiesta que daba en su casa era una celebración del éxito de este incendio.
La policía llegó y la arrestó mientras estaba viendo a un paciente y se la llevaron
para interrogarla. Removieron muchos de sus libros, pero con el tiempo los cargos
fueron retirados. Esto fue suficiente para que ella viera que su vida estaba en
peligro en Berlín. Se fue para Londres tan pronto como obtuvo un visado, con otra
psicoanalista, Kate Friedlander, y su hija fue cuidada por una familia Católica
Romana, hasta que pudo encontrar un sitio para estar con ella en Londres. Era obvio
que ella no podía volver a Londres a recogerla, así que un amigo de Aryan la recogió
y la llevó a Londres. Paula y su amigo tenían visados para practicar el psicoanálisis
en el la zona Este (East End), en aquel tiempo un distrito muy pobre. Así que se
alojaron en una pensión, y empezó la búsqueda de un despacho por esa área, sus visados
fueron solamente dadas para refugiados, para trabajar en zonas donde no pudieran
poner en peligro el trabajo de residentes en Gran Bretaña. Por eso la denominación
de "East End" en el visado. Finalmente encontraron un lugar para comenzar a trabajar,
pero sus pacientes no dejaban de quejarse acerca de que fueran vistos. Al principio
pensaron que tenían varios pacientes paranoicos, pero cuando compararon las notas,
resultaba obvio que sus salas de consulta estaban en un burdel y que la "madam"
que llevaba el lugar controlaba si sus pacientes iban o venían. Fue entonces cuando
se pudieron cambiar a la zona "West Central" de Londres, la cual parecía más apropiado.
Paula llegó a Londres en julio de 1933 y como era tiempo de vacaciones, tuvo tiempo
antes de reunirse con algunos analistas. Jones le dió una lista de estos a quienes
podría devolver una llamada de cortesía, y esta incluía a Melanie Klein. En noviembre
de 1933 fue elegida como Miembro Asociado de la Sociedad Británica. Encontró las
reuniones científicas más aburridas y serias que a las que había acudido en Berlín.
Ella me contó como Melanie Klein, Joan Riviere, y Susan Isaacs estaban acostumbrados
a formar parte de las discusiones, y era obvio que Melanie Klein estaba muy considerada
por mucha gente en la Sociedad Británica. Ella decía que había dos parejas que fueron
buenas para ella cuando llegó: Melitta y Walter Schmideberg, la hija de Melanie
Klein y su yerno, que eran ambos psicoanalistas a quienes conoció en la Sociedad
de Berlín; y Helen y William Gillespie, quienes se reunieron con ella las primeras
veces cuando llegó a Londres.
En abril de 1934 Jones anunció que el hijo mayor de Melanie Klein había muerto en
un accidente de alpinismo. Paula le escribió una nota de condolencia, y recibió
a través del yerno de Melanie Klein, un mensaje de que quería que Paula la visitara.
Paula fue a ver a Melanie Klein en 1932 al Wiesbaden Congreso y estuvo de acuerdo
con el énfasis que Melanie Klein da al rol de la agresividad y al instinto de muerte.
Paula me dijo "Por su puesto la visité, y estaba angustiada, naturalmente". Melanie
Klein le dijo muchas cosas acerca de sí misma, no relacionado con su pérdida. Paula
le preguntó por qué había acudido a ella, Paula -una extraña- y no a uno de sus
amigos ingleses, como Joan Riviere. Los Ingleses eran bastante extraños, y de cualquier
manera ellos no podían hablar Alemán, le contestó Melanie Klein. Paula Heimann le
dijo que respondería a sus necesidades y que la visitaría regularmente como ella
deseaba. Cuando Melanie Klein decide una mañana hacer uso de algunas de sus experiencias
de la relación con el luto por la muerte de su hijo, y escribirlo, Paula se ofrece
para actuar como su secretaria. Cuando el tiempo fue recuperando la pérdida en Melanie
Klein. Ella también se dió cuenta de la necesidad de Paula de ayudarla , por este
tiempo, su matrimonio se había roto, ella vivía en un aislamiento emocional sin
amigos cercanos, y tenía mucha inseguridad económica, además de que tenía que arreglárselas
con ser una refugiada y aislarse de sus antiguos alumnos y relaciones en Alemán.
Un día Melanie klein entiende por Paula que ella pensaba que desearía tener análisis
con ella, pero Paula le dice que no le es posible pagarle. Melanie contesta que
puede reducir sus honorarios. Ella seguía diciendo que ella no podría tener vacaciones
de ninguna manera, otro año. Ellas continuaron su relaciones sociales juntas, saliendo
fuera de picnics con los Schmidebergs. Paula pregunto a Melitta, la hija de Melanie
Klein, si ella pensaba ir con su madre al análisis, Melitta le contestó que ella
tenía que pensar que podría pasar. Paula le dijo que esperaba que esto no estropeara
sus relaciones, pero ella me contó más tarde que esto había pasado. Después de visitar
a sus anteriores analistas, Theodor Reik, en Holanda, Paula decide aceptar el ofrecimiento
de Melanie Klein y hablar con ella entonces.
En los años entre 1933 y 1939 Paula Heimann asiste a Reuniones Científicas pero
sólo hace unas pocas contribuciones a las discusiones científicas. No obstante ella
estaba ocupada, y no sólo aprendiendo inglés. Jones le insistió en que obtuviera
el título de medicina Británico, lo que finalmente hizo en una universidad de Edimburgo
en 1938. Ella decía que se lo agradeció mucho más tarde a Jones, pero en aquel momento
no tenía mucho dinero, y fue difícil para ella.
Durante este período Walter y Melitta Schmideberg fueron cada vez más críticos con
el punto de vista de Melanie Klein y fueron seguidores de Edwar Glover y Barbara
Low en particular en la Sociedad Británica. En 1938 cuando un número de analistas
vieneses también se unieron a la Sociedad, la oposición a Melanie Klein llegó a
ser mucho más poderosa y una amenaza real para ella. Fue en este contexto en 1939
cuando Paula Heimann leyó su trabajo como miembro en "Una contribución al problema
de la sublimación" (el que fue más tarde publicado en una ampliación bajo el título
"Una contribución a los problemas de sublimación y sus relaciones para el proceso
de internalización" (Heimann 1942). Fue elegida Miembro Titular en este año, y en
1940 fue reconocida como Analista de Control autorizada para encargarse de la supervisión
de los candidatos. No es, sin embargo, hasta 1944 cuando fue reconocida como Analista
Didacta, y en 1945 tuvo su primer candidato en formación. Sin embargo habría que
recordar que fue entre 1941 y 1944 cuando tuvieron lugar las intensas discusiones
acerca de la validez de las teorías de Melanie Klein y su contribución al psicoanálisis,
y en particular, si podían o no esos puntos de vista, formar parte en la formación
y enseñanza de los candidatos.
Cuando llegaron las controversias acerca de Melanie Klein, se decidió pedir a Melanie
Klein que presentara sus teorías a la Sociedad en una serie de trabajos, los cuales,
serían entonces comentados sobre las declaraciones escritas de los miembros. Melanie
Klein decide hacer cuatro trabajos los cuales Susan Isascs, Paula Heimann, y ella
misma los escribirían. Paula pone la objeción de que es demasiado joven, pero es
rechazada. Se reúnen todos juntos y Melanie Klein trata de dictar lo que quiere
que cada uno diga, pero Susan Isaacs se rebela y dice que no le gusta trabajar así.
Paula Heimann, que estaba todavía en análisis con Melanie Klein, fue menos capaz
de objetar, aunque le permitieron llevarse más tarde el informe a casa para revisarlo.
Paula encontró esta experiencia muy difícil. Sin embargo, dijo que se sentía apoyada
por Susan Isaacs, con quien escribió uno de los cuatro trabajos. Los diez Científicos
reunidos que lo siguieron son ahora conocidos como "Controversial Discussions" (continuadores
King and Steiner)
Después de estas discusiones y de la reorganización de la formación de la Sociedad
en dos cursos A y B, Paula Heimann comenzó a tomar parte más activa en la formación
y en la vida científica de la Sociedad. No se cuando terminó de analizarse con Melanie
Klein , pero tengo la impresión de que no fue continuo y que volvía de vez en cuando
como ayuda adicional. Paula apreció su propia necesidad de ayuda analítica y estuvo
agradecida por lo que consiguió de su análisis durante el difícil período de la
guerra. Lo que la hizo sentirse incómoda, fue que Melanie Klein, le dijo más tarde,
que no dejara a nadie saber que todavía estaba en análisis con ella. Esto significaba
que estaba situada en una posición dividida de lealtad entre Melanie Klein y su
propia integridad y sentimiento de la verdad. Esto no es fácil para los que somos
conscientes de las presiones de Melanie Klein, nosotros sabemos que una de las acusaciones
que Gloves y otros hicieron de los Klenianos fue que, manteniendo a sus compañeros
en análisis, influenciaban como tenían que comportarse en la Sociedad, y de esa
forma Melanie Klein debía sentir que estaba peleando por la supervivencia de sus
ideas y contribuciones al psicoanálisis
Mi primer encuentro con Paula Heimann fue cuando era estudiante a finales de 1940.
Ella dió un seminario de los trabajos de Freud en técnica, y me mandó hacer un resumen
con los puntos de vista más importantes de su trabajo "Recomendaciones para médicos
que ejercen el psicoanálisis" Cuando llegué a las recomendaciones sobre que el analista
debía tener en cuenta como modelo "El cirujano, que pone a un lado todos sus propios
sentimientos, incluso su compasión humana, y concentra sus esfuerzos mentales en
el único objetivo en realizar la operación lo más hábilmente posible" (Freud 1912e:115),
Paula Heimann, para mi sorpresa, estaba firmemente en desacuerdo con la enérgica
recomendación. Ella formuló su punto de vista más tarde en su trabajo titulado "On
counter - transference" el cual leyó en 1949 en el 16 Congreso Internacional Psicoanalítico
en Zurich, al que también asistí. "La contratransferencia del analista es un instrumento
de investigación para el inconsciente del paciente" (Heimann 1950) Continuó, "Este
entendimiento en el nivel más profundo, viene a la superficie en forma de sentimientos,
los cuales el analista nota en las respuestas de sus pacientes, en su contratransferencia".
Para aquellos de nosotros que fuimos sus estudiantes, ella nos dio permiso para
hacer uso de la totalidad de nuestras capacidades afectivas, las cuales considerábamos
previamente tabú. Es posible conseguir en estas fuentes de información la ayuda
para descubrir no solo como nuestros pacientes estaban usándonos y que figuras del
pasado empezaron a proyectarse en nosotros, sino también para explorar las distorsiones
sutiles que tienen lugar en la interacción entre la fantasía y la realidad, falsas
ilusiones y desesperación, como los pacientes tentados a llegar a los términos con
ambas, sus buenas y malas experiencias con sus padres actuales, y la elaboración
psíquica de estas experiencias. El punto de vista de Paula Heimann es ahora generalmente
aceptado, pero cuando ella lo formuló por primera vez, muchos psicoanalistas lo
consideraron una herejía. Solo fue más tarde cuando yo aprendí de Paula que Melanie
Klein estuvo enfadada acerca de estos trabajos y que intentó persuadirla de que
los retirara, aduciendo que a Willi Hoffer no le gustaban. Ernest Jones, sin embargo,
la felicitó y ella rechazó rescindir su punto de vista. En efecto la aproximación
que ella dispone en este y en otros trabajos fueron una inspiración para muchos
jóvenes analistas, incluidos los Kleinianos, en sus trabajos posteriores.
En aquel tiempo nosotros considerábamos a Paula Heimann como a Melanie Klein como
"princesa heredera", y fue a menudo Paula Heimann quien quería llegar a las Reuniones
Científicas y poner el punto de vista de los Kleinianos, dando cualquier bendición,
o una reprimenda, o una lectura, de acuerdo con la postura científica del presentador.
No es que sus contribuciones fueran indiscutibles por otros, pero si estaban de
acuerdo con ello o no, siempre contuvieron algo en que pensar.
Durante este período, las actividades de formación de la Sociedad Británica Psicoanalítica
fue organizada por el Secretario de Formación, que fue elegido por los Miembros
y tuvo un sitio en el Consejo.
Ellos habían estado previamente adscritos en el grupo de en Medio. En julio de 1954,
se decidió nominar dos Secretarios de Formación conjuntamente, uno para el grupo
de los Kleinianos y otro para el grupo B. Paula Heimann y Hedwig Hoffer estuvieron
de acuerdo en estar juntos y fueron elegidos. Esta no fue la primera experiencia
de Paula Heimann en el Comité de Formación; ella había sido miembro desde 1949.
Sylvia Payne fue, yo creo, la artífice de este experimento, y me dijo que estaba
contenta con la manera en que ambos trabajaban juntos. Como yo fui invitado en 1955,
para formar parte en el programa de formación, y empecé mi primer análisis de candidato
mientras ellos estaban en la oficina, yo puedo responder de la eficaz manera en
que me apoyaban y trabajamos juntos.
En este año un comité fue creado para organizar las actividades para conmemorar
el centenario del nacimiento de Freud, con Sylvia Payne, la Presidenta, como representante
y yo mismo como secretario, lo que incluyó a Paula Heimann y Hedwing Hoffer. Entonces
tuve que trabajar muy cerca de Paula, y noté como ella llegaba a más en la casa
trabajando en condiciones de grupo variado y no teniendo que proponer o seguir un
punto de vista particular; esto es, trabajando para la Sociedad como un conjunto,
en vez de sentir que ella tenía su prestigio y autoridad sólo en una sección.
En 1955 en el Congreso de Geneva Paula leyó el trabajo en "Dinámicas de las interpretaciones
transferenciales" (Heimann 1956), el cual fue bien recibido, y a muchos de nosotros
nos parecía como bastante ortodoxo y una formulación útil de una aproximación de
los Kleinianos al concepto de transferencia. Fue ésta también la primera vez que
Melanie Klein leyó el trabajo "Un estudio de envidia y gratitud" pero no fue publicado
junto con los otros trabajos del congreso de 1956. En febrero de 1956 Melanie Klein
leyó una versión extensa de su trabajo para la Sociedad Británica Psicoanalítica.
La versión original había sido recientemente publicada por primera vez en la selección
de los trabajos editados por Juliet Mitchell (Klein 1956).
En los meses que siguieron, quedó gradualmente claro que Paula Heimann fue separándose
de Melanie Klein y su grupo. A su requerimiento renunció con la confianza de Melanie
Klein en noviembre de 1955, y es entonces cuando hizo un comunicado a la Sociedad
de que ella ya no deseaba seguir siendo considerada miembro del grupo de Klein.
Yo recuerdo que Sylvia Payne me dijo, en diciembre de 1955, mientras estábamos aclarándonos
después de una vital clase de pintura que solía tener lugar en su consulta por las
tardes, que Paula ya no era Kleiniana.
Es difícil expresar la sensación del shock de esta noticia en nosotros los jóvenes
analistas y sus repercusiones en la Sociedad. Un número de destacados analistas
habían dejado el grupo de Melanie Klein en el pasado, incluido John Rickman, Donald
Winnicott, y Clifford Scott (su primer candidato), pero ninguno había parecido tan
incondicional seguidor, al menos según nosotros, como Paula Heimann. En el momento
de las primeras deserciones, el grupo de los Kleinianos estaba pésimamente organizado
y existía como una parte integral del Curso A (como contraste con el Curso B - Miss
Freud´s group), así que los candidatos en análisis con estos desertores no fueron
llamados para decidir a que grupo querían pertenecer. Por ese tiempo, Paula decidió
retirarse, Melanie Klein había conseguido precisar sus seguidores más claramente,
así que cualquier candidato en análisis con Paula Heimann podría ser inadmisible
como miembro del grupo de Klein. Yo entiendo que Paula misma no quisiera a algunos
de sus candidatos, de quienes se quedaron con ella, al considerarse ellos mismos
miembros del grupo de Klein. Esta ruptura fue reforzada cuando en febrero de 1956,
"el Comité de Formación acordó por sugerencias de Mrs. Klein que se dieran seis
seminarios por el Dr. Jaques en lugar de por la Dra. Heimann......" y "que cuatro
seminarios fueran dados por Dr. Segal en lugar de por la Dra. Heimann", dos colegas
de quienes pensaba Mrs. Klein, serían más exactos reflejando sus opiniones.
Sylvia Payne sugirió que Paula podría escribir un trabajo dando cuenta de sus diferencias
con Melanie Klein, pero Paula me dijo que se sentía demasiado traumatizada para
hacerlo, en ese punto. Paula Heimann llegó a ser un miembro entusiasta del grupo
de los analistas no alineados de la Sociedad, quien no fue llamada en el consejo
original. Yo creo "Independientes", y ella continúo jugando un importante papel
en la Sociedad hasta su muerte. Sin embargo, la ruptura entre ella y Melanie Klein
nunca se curó, y el Psicoanálisis fue, o creo, el más empobrecido a causa de esto.
Cuando discutiendo este período conmigo Paula dijo que una de las muchas razones
por las que Melanie Klein estuvo así de enfadada acerca de su trabajo "On Counter-Transference"
fue que lo escribió ella misma y no se lo mostró para que Melanie Klein lo leyera
antes. Este fue el primer gesto de su libertad y afirmación de su propia creatividad.
Ella dio la fecha de 1949 como el comienzo de su ruptura con Melanie Klein.
La ruptura final, la cual llego después del Congreso de Geneva en 1955, fue cuando
Paula se dio cuenta de su profundo desacuerdo con la teoría de Melanie Klein sobre
la envidia innata, aunque ella todavía estaba de acuerdo con el concepto de Freud
del instinto de muerte. Yo pienso que ella permitió la ruptura final porque fue
entonces apoyada por su propia experiencia de empezar a ser valorada por muchos
colegas por ella misma y no por formar parte de un grupo. Describiendo algunas de
las cosas que fueron erróneas en su psicoanálisis con Melanie Klein, Paula me comentó
que no podía recordar a Melanie Klein interpretando la transferencia relacionada
entre ella misma -que es Melanie Klein- deprimida tras la perdida de su único hijo,
y la madre Paula Heimann deprimida por la perdida de su hermano mayor. Paula se
dio cuenta más tarde de que ella tuvo la tentación de cuidar a Melanie Klein, como
repetición de la manera en que ella se había comportado con su propia madre, quien
tuvo tanta admiración por la capacidad de Paula de hacer así. Quizás con retrospectiva
nosotros también podemos ser conscientes de la necesidad de Melanie Klein de tener
una sustituta de su propia hija, Melitta, quien fue también una Psicoanalista, y
quien en 1935 llegó a ser realmente marginada por ella, por alguien que hubiera
sido más satisfactoria para ella y hubiera apoyado y valorado sus teorías. Paula
misma, fue muy consciente del hecho de que ella misma sustituyó para su madre, a
su propio hermano mayor.
Después de dejar el grupo de Klein, Paula Heimann fue mucho más solicitada como
Analista de Formación y como Supervisora, y continuó teniendo un papel importante
en la formación de psicoanalistas. Siguió escribiendo 25 artículos, comunicaciones
cortas, y revistas críticas, y leyó trabajos en numerosos países, incluido Alemania,
Francia, e Italia, y en el norte y sur de América. Algunos de estos no habían sido
publicados previamente, o estaban disponibles en inglés, a pesar de las repetidas
solicitudes, ya que esta colección de sus trabajos tenían una larga espera.
A lo largo del escrito sobre Paula Heimann, llegué a darme cuenta otra vez de que
valiente fue su lucha para llevar a cabo su derecho para su propia manera de comprender
el psicoanálisis y su búsqueda para su propia identidad como psicoanalista y ser
humano. Yo se que ella murió sabiendo que muchos de sus colegas la apoyaron en esta
difícil tarea, y creo que muchos psicoanalistas fueron estimulados por su ejemplo
para trabajar fuera de su propia manera de entender el psicoanálisis y su derecho
a su propia identidad como psicoanalistas, mientras estaban firmemente arraigados
en las contribuciones clásicas de Freud.
Pearl H. M. King, Enero 1989