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Comentario de
Paulina Román Mendoza
Bien pues me ha tocado una película que pareciera sencilla, ligera, divertida, fácil de digerir, pero es verdad que tiene bastante fondo, aristas y temas que me da que no podremos abarcar en su totalidad, que sin duda son comunes a todos, sin embargo, no son tan fáciles de abordar. Mi inclinación por lo relacional me lleva a cuestionar en cómo nos presentamos ante los demás, la dificultad para intimar, para distinguir que es lo privado, que es lo público, quienes somos con o sin nuestro móvil. En concreto la relación que establecemos, como nos relacionamos actualmente, con nuestros tabúes, ideologías, la misma tecnología.
Para iniciar me gustaría mencionar algunos datos curiosos, que sin duda abren bastante bien nuestro debate. Perfectos Desconocidos es un Remake de la película del director Paolo Genovese, perfetti sconosciuti si pueden véanla, es con un tono un tanto más dramático que como primer dato curioso el director se arrepintió de haber dado el guion pues menciona que al ver otras versiones no le gustaban pues no transmitieron lo que él esperaba. Se han realizado 8 versiones tenemos la española, francesa, mexicana, húngara, turca, griega y coreana, en la actualidad existe la obra de teatro, la versión española ha sido ganadora de Premios Fénix 2018 por mejor actriz a Juana Acosta que es Ana, Premio Platino al Mejor cartel cinematográfico tuvo 21 candidaturas a los premios Goya. Pero lo que más llamó la atención es que se estreno justo en diciembre antes de Navidades cuestión que genero cierta polémica durante las entrevistas de estreno por decir que la gente se podría plantear jugar a lo mismo y las consecuencias que esto pudiera tener. Llamo mucho la atención la película y en definitiva nos hace pensar ¿que tiene esta la película? ¿por qué que ha movido tanto? En lo personal el volverla a ver en sus diferentes versiones cada una me genero algo distinto, pero sin duda me pusieron a pensar ¿Qué estamos haciendo?
En lo sencillo podríamos decir que es un guion que atrapa pues es sumamente actual, plantea situaciones que a todos nos ha pasado, a consulta llegan porque han mirado el móvil de su pareja y han descubierto una infidelidad como en el caso de Eduardo y Blanca, o llegan con lo que plantea Pepe sobre estar al pendiente de la respuesta del otro: que si me deja en visto, que si está en línea y no me responde ¿con quién estará hablando? Tenemos el sexting que manejan Ana y Antonio, que no se consuma, pero está el juego a través del móvil. Cuantas personas no hemos conocido que han caído en mentiras de citas por aplicaciones. Es decir que son situaciones que no son ajenas y que nos llevan a identificarnos con la película y probablemente con esta doble vida que se nos planeta al tener un móvil, donde en persona somos unos y en lo virtual o en redes, somos otros y así estamos acostumbrados, es lo de hoy, pareciera que es difícil salir de ello, por eso mueve la película, porque muestra de forma caricaturesca nuestro malestar, nuestro no saber que hacer, que dejamos que nos arrastre la ola y ahí nos quedamos en la superficie o culpando a la tecnología de situaciones mucho más complejas como son nuestras formas de vincularnos, de tener que hacer un update de cómo hacerlo, cuestionarnos a que nos esta invitando porque podríamos pensar que ¿sería mejor mentir? Mencionan en una parte de la película que si vas a ser infiel hay que ser inteligente y borrar loque te comprometa (cuantos no lo hicieron al terminar la película) en si el final de la película ¿que nos sugiere? ¿El que busca encuentra? Nadie está listo para las verdades. Esto llamaba mucho mi atención porque se puso mayor énfasis en el uso “apropiado” del móvil, que irnos a lo que me gustaría invitarlos hoy que sería a pensarnos como participantes de esa cena-sociedad.
En las críticas y reseñas sobre la película hacían hincapié en que no era mucho el estilo de Alex de la Iglesia esta película, ya que él se caracteriza por películas con cuestiones paranormales, monstros, el eclipse pudiera ser el elemento que conserva un poco su tono místico a su estilo, pero esta cuestión mágica con el eclipse es de igual forma ir afuera, da mucho miedo el mirar adentro, el relacionarnos y ver que está pasando con nosotros, sigue siendo más fácil responsabilizar a otros: la tecnología, a los astros, familia, sociedad, sobre nuestros males y más que males malestares, como si no quisiéramos sentir, vivir lo incomodo, las frustraciones. Me gusta el planteamiento del eclipse porque pareciera que es el momento en donde pueden darse permiso de tocar su lado oscuro, lo que se esconde, lo más privado, los deseos y secretos más prohibidos. ¿cómo que justo eso que somos es lo que debe no mirarse, quedarse olvidado y que pase? Tal vez no salgan monstruos físicos pero cuantos monstros personales-sociales nos muestra Alex de la iglesia en la película.
Haciendo referencia al nombre del ciclo de cinefórum de este año “Reencuentros: todo pasa y todo queda” el encuentro con el otro y a veces los reencuentros con nosotros mismos, abren perspectiva, para mi ver esta película, más allá de ver las desgracias con gracia, me acercó a preguntarme sobre mi privacidad y lo que entiendo por intimidad. El que una chica adolescente, por ejemplo, pueda tener privacidad en su bolsa, con una madre que no puede intimar con ella, donde el padre de una forma tan amorosa logra conectar, respetando quien es, siendo esa guía que requiere y que no hace falta satanizar a esta chica por su sexualidad. Para mi es la escena más conmovedora, la hija habla con su padre y comparte sus miedos, sus dudas, este le ayuda a la confirmación de su self, ese apoyo a que encuentre quien es, su lugar en la vida y que logre mejores relaciones con ella y con los demás. Desde su privacidad Sofía ha logrado tener ese espacio para pensarse, conectarse y luego entablar el vínculo, que la madre trasgrede y no permite.
Por otro lado en el caso de Ana y Antonio al parecer no pueden tener esta intimidad, porque no tienen privacidad en casa, pues están “invadidos” por la madre de Antonio, quien a su vez cuida de los hijos pero es una figura constante que permite mantener cierta distancia, deja al margen la intimidad y van en búsqueda de estos vínculos con personas digitales que les permite mantener dicho matrimonio donde hay poco espacio para hablar sobre lo que les motiva, sus deseos, anhelos, Antonio se mete al baño para tener privacidad e intimar con alguien virtual, ¿Qué tanta privacidad, refiriéndome al espacio para conectar consigo mismo, le hará falta a Antonio que prefiere que piense que es homosexual a aceptar que recibe imágenes provocativas de una menor, de sacar a la luz eso que lo hace ser más él, ¿eso se debería quedar en lo privado? ella recurrir a escuchar de alguien más lo que podríamos pensar que no tiene en casa, pero que tampoco se presta para tenerlo, reencontrarse con ella misma después de ser madre, de querer vincularse, pero no se le ve tampoco con tanto interés, pero son meras suposiciones.
Luego tenemos a Eduardo y Blanca ¿que será la intimidad en ellos?, pareciera que como están en el enamoramiento no hay secretos, pero Eduardo tiene una lista importante y que nos refleja al estereotipo del soltero empedernido que nunca sentara cabeza y que desde luego va conquistando y dejando al descubierto su incapacidad para vincularse sanamente, con ese deseo de vincularse, quiere y no, ¿no puede o no quiere? Pareciera que puede con todas entablar una complicidad, pero hasta donde esa mascara de buen rollo, ligón, se da permiso a sentir, no nos dan muchos datos, pero lo que sí, es que cada vez es más frecuente topárnoslos, hombres y mujeres en el juego de intimar y no, que se confunde con tener complicidad sexual, apertura, pero no hay realmente algo de fondo que lo sostenga, el renunciar a tener todo, ponerse vulnerable ante el otro y dejarse amar no es tarea fácil en nuestros días. Blanca con ese aire ingenuo, con esos deseos de encontrar con quien compartirse, nos muestra primero una chica tierna, sumisa, temerosa, con ganas de agradar y esa última escena donde está en el baño aparentemente empoderada, sin hablar, después de un momento de privacidad, sale maquillándose y viéndose en el espejo, como en esa búsqueda de si misma que poco hacemos cuando nos han enseñado que al vincularte te pierdes hasta no reconocerte. ¿se tiene que caer en ello necesariamente? ¿Se reencontró consigo misma?
Pepe, el ideal para enamorarse, es homosexual, la película de pronto nos toca los temas actuales, cayendo nuevamente en estereotipos, abriendo a que entonces para ser un hombre que pueda conectar con una mujer se tiene que ser homosexual. Se que puedo entrar en mucha controversia, pero para eso estamos, pudiéramos cuestionarnos como Pepe no logra sentirse en esa confianza para poder expresar quien es en un grupo que se hace llamar amigos, que se conocen de años, sin secretos, que bien sabemos son los amigos quiénes se vuelven referentes en nuestra vida, el grupo social que nos define y que es difícil dejar de recurrir al pasado para seguir siendo quienes somos, ¿todo pasa y todo queda? considero que el personaje de Pepe muestra el juego de máscaras que es más común observar para encajar socialmente hablemos en la familia, amigos cercanos, de la infancia, colegas, vecinos, ciudad, país. Esta viralidad que se vive en redes sociales, la universalidad y homogenización en nuestra sociedad, nos ha alejado de nuestro yo autentico, para creernos que somos solo esa mascara, o sin ir adentro las veces que sean necesarias para reencontrarnos.
Intimidad supone un compartir, es el encuentro especial con un otro con quien se comparten vivencias, donde es posible que dos sujetos disponibles se conecten y compartan sin perder la vivencia de ser sujetos separados y a la vez estar en un espacio común que puede estrecharse como expandirse según los intercambios, proponiendo ciertamente una amplitud. La intimidad nos expande nos aleja de aquello que se siente como estrechez, oclusión, aislamiento o soledad. Considero que los móviles se han vuelto ese lugar “seguro” donde “podemos” intimar, sacamos el móvil cuando estamos esperando a que llegue alguien, cuando estamos en una fila, hagan el experimento volteen de pronto en un centro comercial o en un lugar concurrido y pueden ver cabezas asomadas, lo he hecho, pendientes de mensajes, de videos, de llamadas, perdiendo de vista a quién esta disponible para la intimidad. No, no es culpa del móvil, ni del eclipse, ni de mercurio retrogrado, considero que estamos pasando por un momento en donde tenemos generaciones que cuestionan/mos mucho, lo pongo en la mesa y al escribirlo me viene a la cabeza ¿que estamos viviendo? me imagino un baúl de donde comenzamos a sacar todo, a cuestionarlo y que ahora estamos analizando cada cosa que sacamos y habrá que darle un acomodo, estamos incomodos, nos han quitado esa zona de confort, es curioso y confuso que, al exponer temas, cuestionarnos, nos alejen de la posibilidad de intimar, que justo no sea algo que nos expanda, que nos lleve a quedarnos en la queja, a los extremos y al hate de redes ¿Qué estamos haciendo entonces? ¿será que la película tenga un punto al decir que no todo tendría que salir a la luz?
Me gusta cuestionarme, a veces no llego a respuestas, pero me ayudara mucho que ustedes compartan sus cuestionamientos conmigo.
¿Cuán cercanos somos con los otros en tanto pareciera que lo que nos separa puede ser más que lo que nos une? Dryzun, Jeanette( 2017)
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