Resumen:
El psicoanálisis relacional emerge como un dialogo entre teorías de relaciones objétales que surgen en la Gran Bretaña y teorías de relaciones interpersonales y algunos representantes de la self psychology que surgen en los Estados Unidos. La pluralidad de voces y una actitud más abierta, autentica, flexible y cooperativa del dialogo clínico de este giro relacional es uno de sus logros más importantes. Pero con pocas excepciones, la posibilidad de crear una integración ha quedado rezagado como meta, e inclusive para algunos, una mata indeseable. Esta posición se basa en creencia de que la cacofonía de voces del psicoanálisis contemporáneo y su eclecticismo actual evita caer en dogmatismos que han caracterizado la historia del psicoanálisis. Lejos de ser una amenaza, esfuerzos integrativos son esenciales para crear un dialogo más productivo dentro del psicoanálisis relacional y crear terapias más efectivas. Una parte muy importante de esta integración debe incluir una visión de que es lo que nos hizo humanos.
Desde las primeras especulaciones de Freud sobre la relación entre la filogenia y la ontogenia el tema ha sido desatendido. Este ensayo tiene dos tesis centrales. Primero, que el producto principal de nuestra herencia filogenética es haber creado una mente construida para poder comunicar y compartir experiencias basados en gestos, emociones, motivaciones y valores en común, creando una forma de ultracooperación que caracteriza a nuestra especie. La combinación de estas capacidades de una mente construida para cooperar y comunicar mediante un proto-lenguaje basado en gestos e imitación (mimesis) creo un tipo nuevo de evolución, la evolución cultural. La evolución cultural co-evolucionó con la evolución biológica. La evolución biológica funciona mediante presiones selectivas que operan a nivel genético que favorecen aquellos genes y fenotipos más adaptados a sobrevivir en ambientes específicos. La evolución cultural está basada en presiones selectivas que operan a nivel de grupos y que favorecen grupos más flexibles y cooperativos que compiten favorablemente por con grupos menos flexibles y cooperativos. La información y conocimiento adquirida por grupos más cooperativos y flexibles se transmite culturalmente y se va acumulando a través de miles de generaciones. Estas dos formas de evolución empezaron a influirse mutuamente hace 100,000 años, o tal vez mucho antes, creando las condiciones favorables para la emergencia de capacidades simbólicas y la aparición del lenguaje. El resultado ha sido una flexibilidad adaptativa y una capacidad de auto-transformación de nuestra especie sin paralelo en la naturaleza.
La segunda tesis de este ensayo es que podemos ver manifestaciones de las bases socio-biológicas y culturales de nuestra especie claramente en el desarrollo ontogenético. Esto no es un argumento mecanicista simple de que la ontogenia recapitula la filogenia directamente como lo pensó Freud, sino más bien que podemos ver en la ontogenia temprana las huellas de las motivaciones socioemocionales y capacidades sociocognitivas y normativas que nos hicieron humanos, y podemos ver en la filogenia los efectos de modificaciones de la ontogenia. Las relaciones entre la filogenia y ontogenia son complexa bidireccionales. Concluyo con algunas observaciones preliminares señalando como las motivaciones y capacidades de nuestra mente cooperativa, comunicativa y compartida son esenciales para el ejercicio de terapias de tipo relacional.
Palabras clave:
Psicoanálisis Relacional.,
filogenia,
ontogenia,
patrimonio evolutivo,
evolución biológica
Abstract:
Relational psychoanalysis emerged as a dialogue between object relational theories in the United Kingdom and interpersonal and self psychological theories in the United States. A plurality of voices and a more open, authentic, flexible and cooperative dialogue are some its greatest strengths. But with few exceptions the possibility of creating an integration has been neglected, and for some this project is not even considered a desirable goal. That position is based on the belief that the cacophony of voices of relational psychoanalysis and its eclecticism prevents us from falling back into the dogmatism that has characterized the history of psychoanalysis. Rather than being a threat, integrative efforts will create a more productive dialogue within relational approaches to psychotherapy and better outcomes. A very important part of this integration is understanding what made us human.
Since Freud’s speculations about the relation between phylogeny and ontogeny, this important relation has been with completely neglected in psychoanalysis and the mental health field. There are two central theses of this essay. First, the main outcome of our evolutionary heritage was to create a cooperative mind built to communicate and share experiences based on gestures, emotions, motivations, socio-cognitive capacities and social norms. The combination of these motivations and capacities and a proto-language based on gestures and imitation (mimesis) created a new form of evolution, cultural evolution. Biological evolution co-evolved with cultural evolution. Biological evolution is based on selective pressures that operate at the level of genes and favor genes and phenotypes that are better adapted to survive in specific environments. Cultural evolution is based on selective pressures that operate at the level of groups that favored flexible and cooperative groups that compete successfully for resources over less flexible and cooperative groups. The information and knowledge acquired from the more cooperative groups is transmitted culturally and accumulates over thousands of generations. These two forms of evolution began to influence each other 100,000 years ago, or perhaps much earlier, when most experts believe symbolic capacities and language emerged. The result has been to create a degree of adaptive flexibility and self-transformative capacity in our species without parallel in nature.
The second theses of this essay is that we can see manifestations of our evolutionary history during early development. This is not a simple mechanistic view that ontogeny recapitulates phylogeny directly as Freud believed, but rather that we can see the footprints during early development of socioemotional motivations, sociocognitive and normative capacities that made us human. Furthermore, the relations between phylogeny and ontogeny are complex and influence each other. I conclude with some preliminary comments describing how these motivations and capacities of a cooperative, , communicative and shared mind are essential for the practice of relationally-based psychotherapies.
Keywords: phylogeny, ontogeny, evolutionary heritage, Biological evolution, Relational Psychoanalysis English Title: Foundations of Relational Psychoanalysis: Phylogeny and ontogeny
Referencia:
Cortina, M. (2020). Fundamentos del Psicoanálisis Relacional: Filogenia y ontogenia. Clínica e Investigación Relacional, 14 (1): 12-54. [ISSN 1988-2939] [Recuperado de www.ceir.info ] DOI: 10.21110/19882939.2020.140101