Resumen:
Este artículo es una exploración de la importancia del reconocimiento, y completa clínicamente algunas ideas previas que he desarrollado sobre el reconocimiento, el tercero y la intersubjetividad. Pongo énfasis en el papel que juega el reconocimiento en la ruptura y la reparación. Trato de mostrar por qué la comprensión explícita del terapeuta sobre su propia contribución es vital para recuperar la regulación de estado en ambos miembros de la diada y para restaurar el rol del terapeuta como testigo. El reconocimiento del daño sufrido, o incluso causado por uno mismo, restablece la posición del testigo que puede soportar el conocimiento de lo que es el dolor. Esta postura es esencial para recrear el sentido de un universo lícito en el que sabemos que algunas cosas no están bien, si bien ocurren. Es increíble lo tranquilizador que resulta y cuánto más cohesionado se siente uno, cuando se valida que nuestro sentimiento es correcto, o que algo mal no está precisamente bien. Pero además, el testigo sirve como un representante de lo que yo llamo el tercero lícito, que contrarresta la pérdida desesperanzada de agencia, la impotencia, que una víctima siente cuando está rodeada de negación o disociación, y es incapaz de tener algún impacto en o de ser escuchada por un otro. Ya sea el testigo fallido un miembro de la familia, como en un trauma personal, o la comunidad mundial, como en los traumas colectivos, este fracaso puede contribuir tanto a la impotencia post-traumática como lo hacen los propios eventos.
Palabras clave:
intersubjetividad,
Terceridad,
Reconocimiento.,
Tercero
Abstract:
This paper is an exploration of the importance of acknowledgment, filling in clinically some previous ideas I’ve developed about recognition, the third and intersubjectivity. I emphasize the role played by acknowledgment in rupture and repair. I try to show why the analyst’s expressed insight into her own contribution is vital to recovering state regulation in both partners and to restoring the analyst’s role as a witness. The acknowledgment of injuries suffered, or even caused by oneself, re-establishes the position of the witness who can hold the knowledge of pain. This position is essentially in recreating the sense of a lawful universe in which we know such things are not right, even though they do happen. It’s astonishing how soothing it is, how much more cohesive one feels, when one is affirmed in feeling right, or that some wrong is indeed not right. But in addition, the witness serves as a representative of what I call the lawful third, countering the hopeless loss of agency, the helplessness, that a victim feels who is surrounded by denial or dissociation, and unable to make an impact on or be heard by the other. Whether the failed witness is a family member as in personal trauma or the world community as in collective trauma, this failure may well contribute as much to post-traumatic helplessness as the events themselves.
Keywords: Third, Acknowledgment, Thirdness, Intersubjectivity.
Referencia:
Benjamin, J. (2012). El Tercero. Reconocimiento. Clínica e Investigación Relacional, 6 (2): 169-179. [ISSN 1988-2939] [Recuperado de www.ceir.org.es ].